UNA VIDA SIENDO ROBADO

Te roban la infancia,

Con 4 años me di cuenta de que me gustaban los chicos, no, no sabia que era gay; a esa edad no sabía lo que es ser gay, bisexual, hetero etc.…pero sí que me gustaban los chicos, y no, no era algo sexual desde la mirada de un adulto, era saber que sentía “algo” por los chicos y no por las “chicas”. Cuatro años, solo tenía 4 años, era algo bonito, muy muy bonito e inocente. A los 4 años no sabia que era eso de ser gay, pero pronto te das cuenta de que eso no está bien, pero nada nada bien, lo bonito se convierte en vergüenza. A esa edad, tan pequeñito, te roban la ilusión y te la cambian por miedo y vergüenza, un trueque tan injusto, tan tan injusto, para alguien tan pequeño. Vergüenza y miedo justo lo que necesita un niño. Ahí es donde esta sociedad de mierda empieza a robarme, me roban, nos robaron parte de nuestra infancia; no pudiendo llegar a casa y decir «mamá, papá me gusta Manolito o Antoñito». Me robaron poder tener recuerdos de compartir lo que sentía y me lo llenaron de miedo y vergüenza. Y te haces tímido, vergonzoso, creces pensando que eres inferior a los demás. Esta sociedad de mierda te sigue robando tu tiempo y tu vida y vas creciendo y te siguen robando.

Te roban la adolescencia,

 Te roban poco a poco, te roban tu ilusión, te la cambian por miedo y por vergüenza, miedo y vergüenza a ser descubierto. Pasas a ser un adolescente después de haber pasado años siendo robado. Te roban poder vivir un amor adolescente, sin miedo, sin vergüenza. Has tenido que ocultarte para que no te descubran. No intentas quitarte la vida porque sueñas que te irás a una ciudad grande donde poder vivir, donde poder ser tú, donde poder decir te quiero a alguien, incluso si es a escondidas.

Te roban la vida,

Y pasas a ser un adulto joven, sin haber podido disfrutar plenamente de esa parte tan bonita del ser humano como es la afectiva. Poco a poco te haces “fuerte”, empiezas a querer vivir, a recuperar lo robado por esta sociedad. Haces amigos con los que poder ser tú, parejas… te empiezas a «relacionar», no solo te escondes, no solo tienes miedo. Sobre todo tu relación contigo mismo mejora, se hace más compasiva, se van yendo las autocríticas, la vergüenza, el miedo, o al menos aprendes a manejarlo un poco mejor. Pero cuando piensas que ya no te pueden seguir robando, cuando has bajado tus defensas porque piensas que no estás en peligro, te roban lo más importante que una persona tiene que es su vida, vienen y te asesinan y ya no hay nada que recuperar.

Esta sociedad  se ha quejado por tener que llevar mascarilla durante dos años por un virus, pues imaginad lo que es llevarla durante años desde pequeños, pero no para cubrirte la cara, sino para ocultarte entero, no solo en la calle o en bares, sino en tu propia casa o con tus amigos. Ocultarte en lugares como la casa, el colegio donde se supone ”te deberían querer, proteger” y donde no deberías estar en peligro. Esa es la vida de cualquier persona que no se identifique como heterosexual en su infancia, en esta mierda de sociedad, ocultarse, ser robado, no poder vivir su parte afectivo-sexual,  cubrirse entero, y no por miedo a un virus invisible, sino por miedo a una sociedad bien visible asesina y ladrona. 

Pero lo más horrible de todo es que cuando “pierdes ese miedo” y te quitas esa “mascara” vienen y te asesinan, vienen 13 tíos y te asesinan por querer vivir, solo por querer vivir, por querer respirar sin llevar mascara, por desear querer, por querer recuperar todo lo que nos han robado, vienen y te asesinan, repito vienen y te asesinan, dejas de existir, por ser, se acabó, ya no hay más.

Formo parte de una sociedad que roba ilusiones a niños, se las cambia por miedo y vergüenza y los mata de adultos, pero lo peor es que no se hace nada para cambiarlo.

En memoria a Samuel, no te olvidamos.

Antonio López. Psicólogo, gay y afortunado superviviente del heterosexismo social.

Share on :

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

× WhatsApp